martes, 16 de junio de 2015

Una historia de mujeres

He meditado hacer pública esta historia porque me parece un poco traicionar la confianza que depositan en mi. Pero Santi me dijo que ayudaría a saber como las mujeres de aquí luchan contra el sistema que les ha tocado vivir.

Es la historia de una chica saudita, que empezó la carrera de derecho, antes de terminarla se casó (o la casaron), ella está feliz con su marido y sus hijos, cuando tuvo a su hijo varón el marido le preguntó que quería como regalo y ella en vez de pedir una joya (algo muy normal aquí) pidió terminar la carrera.  Sabía que como era un niño no le iba a decir que no a su petición. Cuando el pequeño de sus hijos ha empezado a ir al colegio ella ha podido matricularse en su "regalo".


Esta chica debió ser una excelente estudiante porque le ofrecieron una beca de una universidad canadiense, beca que tuvo que rechazar ya que sus padres no le permitieron irse al extranjero. Personalmente me merece el mayor de los respetos porque volver a estudiar 10 años después una carrera tiene que ser duro. Me parece digno de admiración y espero que consiga su sueño de acabarla. En esta sociedad es mucho más fácil dejarse llevar por la corriente y ponerse un pedrusco en el dedo o en las orejas que el que una mujer se realice como persona.  Que una mujer acabe y pueda ejercer su carrera siendo saudita no es fácil ( no es igual ser egipcia, o libanesa, o siria no hay color en la diferencia de mentalidad)

Estos pequeños logros son los que hacen que una sociedad avance, ella si dejará que sus hijas estudien en el extranjero y que terminen la carrera antes de que se (o las) casen y educará a su hijo bajo los principios de igualdad. No sabemos si lo conseguirá, pero al menos lo va a intentar y se servirá de sus mañas y tretas para convencer a los hombres que son los que tienen la última palabra, lo hará porque quiere que sus niñas lo tengan un poquito más fácil de lo que lo tuvo ella.

Cuando el sistema no te pone las cosas fáciles hay que adaptarse y transformar tus herramientas en armas. Aquí se aprende mucho, sobre todo a sobrevivir.  Aprendes a no quejarte de tu suerte, sino a cambiarla. Hay más historias como la de esta chica, no son grandes hazañas como las que desafían a la autoridad conduciendo y abren telediarios. Son pequeñas y personales, pero son grandes avances y grandes logros.Ya lo dijo Lenin "la revolución empieza en casa". Quizá Lenin no sea el mejor ejemplo para citar en este país, pero también lo dicen los suecos IKEA ...

No hay fotos pero espero que os llegue esta pequeña historia de una gran mujer.
Mañana más...





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