martes, 28 de abril de 2015

Nepal

Está siendo una constante que nada más llegar de viaje de España nos desayunemos con una desgracia, lo fue con el accidente de avión y lo ha sido con el terremoto de Nepal.

Yo no habia conocido a ningún nepalí hasta que llegué a Al Khobar. Sabía que Nepal existía por el Himalaya y porque forma parte de los países exóticos de los folletos de las agencias de viaje. Aquí he podido conocer a algunos de sus ciudadanos, son risueños, agradecidos, sumisos.

Mi chao-li (chulin para todos los que vimos Falcon Crest es el chico que viene a limpiar mi casa) se llama Krishna, el es de Nepal y su familia,mujer y dos hijos, viven allí. No sabía de que zona es y el primer día que vino a casa después del terremoto no sabía cómo preguntarle si su familia estaba bien. Lo malo de esas preguntas en esas situaciones es que te puedes encontrar con una respuesta espantosa. Afortunadamente están bien todos. Ellos son de Narayami.

Uno de los compañeros de Santi también es de allí y su familia lo ha perdido todo menos la vida. Afortunadamente pudieron salir con vida de los escombros y tienen un hijo fuera que puede ayudarlos a volver a reconstruir su casa.

Cuando le pones cara a una catástrofe es mucho cercana que cuando simplemente la escuchas o la lees en la prensa.

Me imagino que Krisna es hindú por el nombre y porque no come ternera, aunque puede ser también budista. Lo que más me alucina es lo asumido que tiene su sino y su karma. Aquí, muchos a los hindús los llaman "indiolentes" (indolentes) y la verdad es que parece que ni sienten ni padecen....El estímulo por salir de la vida que les ha tocado vivir no existe. La rebeldía, la revolución y a insumisión no están dentro de su vocabulario. Son las personas más sonrientes que he conocido, y no debe ser nada fácil mantener la sonrisa cuando llevas años sin ver a tus hijos (dos en el caso de mi chico) y tienes un trabajo en el que no todo el mundo te trata bien, ganas poco y curras mucho.

Me indigna un poco cuando escucho la preocupación por los montañeros españoles atrapados en el campo base del Everest y no se habla del drama humano de miles de nepalies y de sus familias. Todos tienen familias igualmente de angustiadas y desafortunadamente ellos no cuentan con un gobierno con aviones para repatriarlos. Me imagino que un español se identifica más con un turista que con un pobre nepali, pero es imposible no empatizar con ese pueblo sonriente e indefenso.Yo me llevaría uno en la maleta si pudiese, son encantadores.

Aquí en los periódicos esta muy presente, la cantidad de expatriados nepalis demandan la información. Todos dicen que se veía venir... pero como siempre nadie lo vio....



Para todos los que viajéis a sitios exóticos daros de alta en la web del ministerio de exteriores. Son tres minutos y si hay algún problema saben a quien tienen que localizar. Me hace gracia cuando los familiares se quejan de que no se han puesto en contacto con ellos. Se puede ser listo, pero no adivino....










      

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