Lo primero que sorprende es lo larguísima que es, nos dijo un español de los que trabajan para el metro que son 75 km x 54 km. Me pareció muy grande en dimensiones para los cinco millones de habitantes que viven en ella. El tráfico es como en toda capital y si encima aún no hay transporte público pues podéis imaginaros.... peor que en Madrid cuando llueve.
Nosotros fuimos en avión y se veían perfectamente las jaimas antes de aterrizar.Me sigue llamando mucho la atención esa mezcla nómada con las modernas edificaciones.
Coger el taxi en el aeropuerto un show, la mitad no hablaban inglés, y la otra mitad o no querían o no sabían dónde estaban el Sheraton (que era el hotel dónde dormíamos) por lo que nos costó dejar pasar como 6 o 7 taxis antes de que uno nos llevase a nuestro destino. Hay que negociar con ellos el precio antes de montar que esa es otra...
Teníamos poco tiempo desde que llegamos hasta la hora de la fiesta en la Embajada y el tráfico y los horarios de rezo nos limitaban aún más.
Nos habían recomendado el museo Nacional y yo me quede con ganas de verlo pero en nuestra guía además nos imponía otra limitación, que era los días con horarios de visita de hombres, de mujeres y familias. Y un martes según la guía sólo hubiese podido entrar yo y no iba a ir sola. En la web del museo no especificaba nada y no conseguimos que nos cogiesen el teléfono por lo que antes de ir y que nos diesen con la puerta en las narices decidimos cambiar el plan e ir a la Torre del Reino.
La Torre del Reino la llaman el collar, pero a mi me parece mas un abridor de chapas. La verdad es que es chula y distinta a todas las demás que habíamos visto. Antes de subir al Sky Bridge (que es el puente mirador) comimos en el Spazio que es un restaurante que hay en la plaza 77. El restaurante de cocina italiana bien pero caro para lo que es Arabia pero las vistas merecen la pena.
Una vez que terminas de subir a la planta 99 y llegar al puente. Las vistas son impresionantes, ves la dimensión de la capital. Desde allí también se ve la torre de Al-Faisaliah que fue la que diseño Norman Foster, como sólo teníamos tiempo para una visita escogimos la más alta y creo que acertamos.
Nos quedamos con ganas de ver la fortaleza de Masmak, pero pasaba lo mismo que con el museo, horarios segregados por sexo entre semana. Por lo que tendremos que volver en fin de semana para ejercer de turistas.
Riad es más ciudad, más capital que Al Khobar, pero también mucho más conservadora. Se nota en el ambiente, hasta en los mall hay dos controles con detectores, una para hombres y otra mujeres cosa que en Al Khobar no sucede.
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