El pistoletazo de salida fue la fiesta de las familias Garcia-Domínguez en el paraíso de las Tres Mentiras. Todos disfrutamos mucho del reencuentro y los peques de la familia se lo pasaron como los indios. Gracias a todos por el esfuerzo de acoplar agendas.
Después fuimos a la cornisa Cantábrica, a que nos lloviese durante 15 días y nos reconciliásemos con el sol.
San Sebastian sigue tan bonito y señorial como siempre, allí vimos a mi mejor amigo saudita. Sus padres nos llevaron a una sidrería en Astigarraga e hicimos unos txotx, todo estaba riquísimo y pasamos un rato estupendo, pero lo mejor fue ver a Aratz en su salsa, en su pueblo y con su gente y conocer en persona a su tia Olatz. Sin duda, habrá que repetirlo.
En San Sebastián nos esperaba un regalo, una invitación al Akelarre, el restaurante tres estrellas michelin de Pedro Subijana, indescriptible, espectacular, un lujo para todos los sentidos. Debería ser obligatorio para los amantes de la comida ir a un tres estrellas michelin una vez en la vida, yo era bastante reacia y pensaba que no me sorprendería tanto, pero salí siendo una conversa de la "nouvelle cuisine". También fuimos a Arzak. Le cogimos el gusto y ya que llovía y no podíamos disfrutar de la playa, pues a comer.....
También hicimos turismo rural de la mano de Begoña y Edu, con ellos fuimos a la competición de traineras de San Juan y paseamos por las calles de Hondarribia.
De San Sebastian fuimos Bilbao, que bonito está Bilbao, salvando las distancias me recuerda a Londres, tiene el empaque de las grandes capitales. Allí tuvimos a la mejor guía posible que nos enseñó todos los rincones, nos contó todas las leyendas y anécdotas y nos invitó a unos pintxos, no se puede pedir más. Desde la distancia Begoña y Xavier nos recomendaron los restaurantes y bares que no nos podíamos perder.
De Bilbao a Pechon, un pueblecito costero cántabro, que aunque el turismo se ha convertido en la primera fuente de ingreso, sigue oliendo a pueblo. De Pechón a Benavides de Órbigo a pescar truchas y después a mi pueblito bueno, Aldeanueva del Camino. Para terminar el verano con una escapada a Matalascañas y celebrar el Eid ul Adha en Fuerteventura.
Cuando uno está en España considera normal asistir a un cumple, una reunión de amigos, una comida en familia. Para nosotros es un lujo, por eso disfrutamos muchísimo de la compañía de todos. Terminamos cansados de ver a tanta gente, hay días que nos faltan horas. Pero cuando llegas aquí lo recuerdas con tal satisfacción que merece la pena la maratón de ver amigos y familia.
En resumen, el mejor verano de mi vida desde que estaba en el cole, tres meses "zascandileando" por ahí.
Envidia pura de esa última foto. Por fin te leo, gracias por las menciones, fue un día de un calor espantoso, no lo suavices :), pero lo pasamos genial, así que gracias a vosotros!
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